Versátil, rústica, defensora de su terreno de hierbas adventicias (alelopática), florífera, diversa en formas y colores de las flores
Una planta que ante la necesidad de adecuar nuestros jardines a los rigores del cambio climático le vemos un lugar importante, para sustituir césped, ocupar taludes, medianas, etc. Y para enriquecer con sus follajes y floraciones cualquier plantación de vivaces y gramíneas
Necesitan agua para lucir, sobre todo cuando florecen, en junio, julio y los reflorecientes en septiembre. Pero también saben estar con poco riego. Si plantamos a un marco suficiente, 4 o 5 plantas por metro cuadrado veremos que las hierbas adventicias no medran como en otras plantaciones (Son plantas alelopáticas, inhiben el desarrollo de competidoras). Admiten también telas anti hierbas, si nos molestamos en ir abriendo el hueco para que la planta vaya desarrollando y engordando con nuevos brotes la mata
En USA es una planta muy difundida y querida. Si tenéis ocasión de ver Mula, una película dirigida e interpretada por Clint Eastwood, veréis, entre otras cosas, la devoción de los gringos por esta planta.
Clint Eastwood interpreta a un viverista “entregado” al cultivo y la obtención de nuevas variedades de Hemerocallis, una planta en origen de Asia, pero que en USA tiene una gran difusión y estima. Internet y la venta Online echaron abajo todo el andamiaje de ferias, convenciones, encuentros, que había montado en torno al cultivo de esta planta y llevaron a la ruina a viveros como este que retrata la película, con sus trabajadores mexicanos, etc
Desde agosto trabaja en el vivero Iñaki Garmendia. Llevaba tiempo queriendo trabajar con él y al final en estos tiempos de precariedad, que le han tenido invisibilizado estos últimos 10 años, he tenido la oportunidad de colaborar, de trabajar mano a mano con él
Para mi es una suerte muy grande compartir el día a día llevando las cosas del vivero con una persona para la que las plantas significan tanto, y trabajar con humor!!
Con Iñaki y sus talentos vamos a dar un buen empujón al vivero, de cara a ampliar la oferta de planta, incorporando sus gustos, mejorar la calidad de los cultivos, mejorar el trato con los clientes, tener más rigor en el etiquetado e identificación y, también nos va a permitir ofrecer nuevos servicios de consultoría y divulgación, etc
Con todas las incertidumbres de estos tiempos acabamos el 2021 satisfechos por el trabajo, no de este año que se va, sino de los muchos que nos hemos dedicado a resistir , a mantener el vivero a toda costa. (final de los dineros de Bruselas para repoblaciones forestales, la estafa bancaria del 2007, el Covid ahora)
A mi me ha costado entender eso de que resistir es vencer, pero por ahí van los tiros!!
Hasta ahora, la hiedra maroccana no se ha utilizado apenas en la jardinería europea; sin embargo en la península Ibérica es totalmente común su uso, ya sea en jardines públicos como en privados.
Mientras que en el Reino Unido la hiedra de hoja grande más utilizada es la Hedera hibernica, en cambio aquí lo es la Hedera maroccana.
Se trata de una planta muy atractiva con grandes hojas de un verde vivo muy brillante. Es tan popular que se utiliza para todo; a veces incluso sin tener en cuenta su vigor y rapidez de crecimiento. De hecho, en el caso de jardines o espacios reducidos puede desbordarlos si no es debidamente contenida mediante poda.
Presenta una gran tolerancia al frío como al fuerte calor de nuestra región.
Esta es una hiedra oriunda de Marruecos- de los alrededores del Atlas- y parece ser que llegó hasta nosotros de la mano de los árabes cuando se establecieron por la península.
Hoy en día se utiliza una sola variedad en nuestros jardines: la llamada ‘Spanish Canary’(denominación con la que aquí nadie la conoce, sí en cambio en los ámbitos anglosajones).
En los últimos años ha aparecido una variante amarilla que progresivamente vira a verde oscuro, llamada ‘Neon’. Aquí es prácticamente una desconocida.
Y esa era toda la diversidad que parecía haber en torno a maroccana… hasta que me fui encontrando una variedad tras otra y registré estas tres. Para que os hagáis una idea, Hedera helix posee cientos de variedades, y H. hibernica, algunas docenas… Resulta raro que una especie tan empleada como H. maroccana no tenga más variantes que la forma básica verde, y otra amarillenta.
MIS TRES VARIEDADES:
NABAR NABAR: Encontrada en torno al año 2000 en el jardín adosado de unos amigos, en Antsoain. El significado en euskera hace alusión al jaspeado intenso que exhibe en verde moteado sobre fondo blanco. Este colorido puede aparecer en proporciones muy cambiantes: en primavera predominan más los verdes sobre el jaspeado blanco, mientras que en verano/otoño/ invierno dominan los blancos, consiguiéndose los follajes más llamativos. También hay un guiño en Nabar al origen navarro de la planta.
Hasta la fecha se comporta con un colorido estable sin reversiones a verde.
EDERALAI: En este caso el juego de palabras en euskera EDER y ALAI al unirlas se mimetizan con la palabra Hedera…(hiedra en latín) pero haciendo alusión al bonito colorido y a su viveza.
Variedad encontrada en 2017 en Aretxabaleta (mi pueblo) en una insípida zona verde.
El variegado es amarillento, los nervios son más claros, destacándose como en un mosaico. Además, cuanto más está al sol los tonos se palidecen y vuelven crema, mientras en sombra se oscurecen hacia color lima-chartreuse; muy interesante en ambas versiones. Comportamiento fiable sin reversiones.
ALHAJA: Encontrada en diciembre de 2019 en una extensa plantación de hiedras en el parque Lezkairu en Iruñea/ Pamplona. Todo partió de una única hoja variegada. Teniendo en cuenta el lugar tan expuesto al sol donde crecía me dio por pensar que la variegación sería resistente al sol. De hecho el mejor colorido lo logra estando bien iluminada. A mi parecer es una de las hiedras de hoja grande de color amarillo más intenso si no la que más, superando a H. algeriensis ‘Marginomaculata’ o H. colchica ‘Sulphur heart’.
Elegí una palabra de origen árabe -alhaja- como un guiño a las raíces marroquíes de la especie, y con la que se hiciera alusión al brillo y color resplandecientes de la variedad. Es una planta que gana en colorido amarillo si recibe algunas horas de sol al día.
Para acabar diré que la hiedra maroccana encuentra su mejor utilización como tapizante de grandes superficies, aunque también puede trepar, con cierto riesgo de descolgarse de los muros por los que sube, sobre todo en caso de vendavales y fuertes nevadas. Para evitar esto es recomendable fijarla con cables o alambres al soporte a cubrir.
No olvidemos también que queda bien creciendo por rejas y vallados. Aquí el recorte periódico evitará que se desmande y parezca alborotada.
Estas tres variedades coloridas, que son menos rápidas y vigorosas que la forma verde, también quedan bien plantadas en jardines pequeños e incluso en grandes macetas siempre que no olvidemos recortarlas en torno a 2 veces al año, una vez en verano, y otra más a fondo en febrero.
Los vegetales se comunican y anticipan acontecimientos, según el investigador
El biólogo Francis Hallé en el Jardí Bontànic de Barcelona, la semana pasada. / RICARD CUGAT
Si se le pregunta al botánico Francis Hallé (Seine-Port, Francia, 1938) cómo se interesó por las plantas, contesta: “¿Cómo no podrían interesarme?”. Esta respuesta resume la pasión por el mundo vegetal de este profesor emérito de la Universidad de Montpellier. Hallé se hizo famoso en los años 90 por sus expediciones en globo aerostático sobre las selvas tropicales. Su principal descubrimiento es la arquitectura de los árboles. Cada especie es una combinación concreta de unos pocos rasgos: ramas verticales o ramas horizontales; flores en los lados de las ramas o en su punta; etcétera. Hay miles y miles de combinaciones posibles, pero todos los árboles conocidos sólo emplean 24 de ellas y aún no se sabe por qué. Hoy, el caballo de batalla de Hallé es la inteligencia vegetal. De ello habló en Barcelona, con ocasión de los 20 años del Jardín Botánico de la ciudad.
¿Cómo pueden ser inteligentes las plantas, si no tienen cerebro?
Tampoco tienen pulmones y sin embargo respiran. No tienen ojos pero pueden ver la luz. No tienen tubo digestivo pero se alimentan. Que la inteligencia necesita de un cerebro es lo que sale en el diccionario. Pero ¿quién lo ha escrito? Un ser humano, que ha definido la inteligencia a su imagen y semejanza.
¿Un ejemplo de inteligencia vegetal?
Un bosque mediterráneo se puede quemar completamente y sin embargo los cipreses se quedan verdes. Cuando el fuego se aproxima a un ciprés y este alcanza los 60 grados, el árbol expulsa hacia la atmósfera en forma de gas las sustancias inflamables que contiene en su organismo. Cuando llega el fuego, no hay nada que quemar. Pero lo más interesante es que esas sustancias llegan con el viento hasta otros cipreses que están lejos. Cuando los alcanzan, estos hacen lo mismo, mucho antes que llegue el fuego. La comunicación entre árboles es la primera piedra de la inteligencia vegetal.
Pero eso es una anécdota…
Le daré otro ejemplo. Hay un experimento británico con una planta trepadora, la pasiflora joven, puesta al lado de un palo. La planta saca un zarcillo para agarrarse del palo, pero antes de que lo alcance, los científicos mueven el palo cinco centímetros a la derecha. Entonces la planta saca otro zarcillo hacia la nueva posición del palo. Antes de que lo alcance, los científicos vuelven a mover el palo cinco centímetros a la derecha. Tras repetir eso cuatro veces, la planta ya saca el zarcillo orientado cinco centímetros más a la derecha de la posición del palo. No sabemos cómo, pero tiene capacidad de anticipar.
Es decir, ¿las plantas aprenden?
No solo eso, se anticipan. Un colega japonés tiene un árbol cerca de su laboratorio con un electrodo bajo la corteza y otro entre las raíces, conectados con una pantalla. La pantalla muestra una señal regular. Si la curva se vuelve muy irregular, significa que al cabo de un rato habrá un terremoto. Las raíces de un árbol son como una enorme antena subterránea.
¿Es verdad que los árboles son tímidos?
La timidez se refiere al fenómeno por el cual los árboles de la misma especie tienden a no tocarse. Cada árbol sabe si hay un vecino y si pertenece a la misma especie. Si este es el caso, el crecimiento de sus ramas y hojas se desarrollará por tal de que no entren en contacto con las del vecino. No sabemos de qué sirve, qué sentido evolutivo tiene.
¿Qué es lo más inteligente que le ha visto hacer a una planta?
Lo más inteligente es la descentralización. Vivir como una planta es difícil, todo su organismo es comestible, hay un montón de herbívoros y no pueden escapar. En el ser humano hay órganos vitales. Esto sería peligroso para una planta. La solución es descentralizarlo todo: en cada célula de una planta hay todo lo necesario para crear la planta entera. Si pones una célula de planta en un medio de cultivo, al cabo de unos meses aparecerá la planta entera. Esta estrategia les da a las plantas una enorme resiliencia.
¿Lo de la inteligencia vegetal es una metáfora?
Las plantas son inteligentes, quizá más que nosotros. Nosotros somos excelentes técnicamente, pero producimos una degradación del medio ambiente. Las plantas mejoran su medio ambiente. Las raíces producen todo lo necesario para sustentar una fauna enorme y fertilizan el suelo. Nosotros llenamos el suelo de sustancias químicas y se vuelve un desierto.
En AMJA queremos destacar la importancia de la profesión de la Jardinería en sus múltiples facetas y difundir la Jardinería como un concepto primordial para la vida en la ciudad. Con este programa YO SOY JARDINER@ queremos dar a conocer a hombres y mujeres jardineros, empresarios, científicos, técnicos, diseñadores, arboristas, expertos en riegos, botánicos, especialistas en plagas y enfermedades, consultores, viveristas… y poner en valor una profesión histórica que repercute enormemente en la salud de los ciudadanos.
YO SOY JARDINER@
FULGEN SÚTIL LLONA. Responsable de Viveros Sustrai Mintegiak.
¿Por qué es usted Jardinero?
De algo hay que trabajar y yo he tenido la suerte de dedicarme al viverismo, a conocer, multiplicar y cultivar planta. Así que jardinero, jardinero no soy. Creo que la jardinería es un terreno muy complejo y a mí me da mucho «yuyu» pensar siquiera que tengo que diseñar un espacio ajardinado, eso no significa que no me guste dar mi opinión sobre si poner esta o aquella planta cada vez que, los jardineros con los que trabajamos, nos dan ocasión. Y no son muchos, la verdad, básicamente trabajamos con Juanmari Artazkoz, jardinero-paisajista con el que llevamos unos años colaborando, por un lado dinamizando la experiencia Lorategiak auzolanean-Jardines en auzolan, es decir la creación de jardines en barrios y pueblos con vecinos y vecinas y por otro diseñando jardines para ayuntamientos y particulares
En cualquier caso un vivero es una atalaya desde la que se ve la profesión y siendo algo tan atractivo es difícil no entrar a reflexionar sobre nuestro trabajo, sobre todo en la vertiente de la jardinería pública, la que podemos disfrutar tod@s. Así que gracias por la oportunidad de dar mi punto de vista.
Empecé multiplicando y cultivando planta autóctona: robles, encinas, arces, acebos, tejos, madroños. Navarra es un territorio muy rico en biodiversidad y paisaje, que recorríamos de arriba abajo para repoblaciones forestales y revegetaciones en carreteras, recuperación de canteras y vertederos, etc. Esto me llevó a conocer los paisajes que han sido y son una referencia para entender la jardinería. Ver la planta en su origen, ver los cortejos florales de encinas, robles, hayas, etc, las asociaciones de plantas silvestres y observar lo que dan de sí me abrió los ojos a la belleza de esos espacios y a ver la jardinería con ese punto silvestre que habla de nuestra naturaleza. También a entender la actividad jardinera como netamente agraria, trabajamos con la tierra y vegetales
En estos años he entendido que la jardinería es una manera muy plástica de manifestar nuestra relación como comunidad con la Naturaleza
Así que llegar a las vivaces y gramíneas y descubrir los jardines que, con esa planta se estaba haciendo, fue una revelación. Fue como los piratas cuando dan con el tesoro. Sigue leyendo Yo no soy jardiner@
A menudo escuchamos que tienes que comer local y de temporada; ya sea porque las frutas y verduras que no se han tenido que cultivar en otro lugar y transportadas a largas distancias, o porque se han cultivado en invernaderos con calefacción que consumen mucha energía. Sin embargo, este no fue siempre el caso: desde el siglo XVI al XX, se pudieron encontrar agricultores urbanos tan lejanos como Inglaterra que lograron cultivar frutas y verduras mediterráneas utilizando exclusivamente energías renovables.
Para ello, las plantas fueron rodeadas por gruesos “muros frutales”; Estos acumulaban calor del sol durante el día y lo liberaban por la noche, creando un microclima donde la temperatura era 10 ° C (18 ° F) más alta que el área circundante. Posteriormente se construirían los primeros “invernaderos” apoyando uno y luego varios tramos de vidrio contra estas paredes, y la productividad de las plantas alcanzará nuevas alturas, solo gracias a la energía solar.
No fue hasta finales del siglo XIX que los invernaderos se convirtieron en los edificios de vidrio que conocemos, de los que el calor inducido artificialmente se escapa casi instantáneamente, lo contrario de las tecnologías que los precedieron.
Los invernaderos de vidrio actuales suelen instalarse en regiones con un clima templado donde los inviernos pueden ser fríos: su funcionamiento requiere grandes cantidades de energía, ya sea para calentarlos, pero también para iluminarlos y gestionar el nivel de humedad, que reina por dentro.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las plantas cultivadas en invernaderos con calefacción tienen un costo de energía de 10 a 20 veces mayor que las mismas plantas cultivadas en campo abierto. Se necesitan 40 megajulios de energía en un invernadero para cultivar un kilo de vegetales frescos (como tomates o pimientos). Esto es comparable a la energía necesaria para producir un kilo de carne de cerdo ( 40-45 MJ / kg en Estados Unidos)
Invernadero de vidrio en Holanda. Imagen: Wikipedia Commons
En los Países Bajos, líder mundial en cultivos de invernadero, en 2013 había 10.500 hectáreas de invernaderos, utilizando 120 petajulios (PJ) de gas natural durante el año, lo que equivale a la mitad de los combustibles fósiles utilizado por toda la flota holandesa.
Este enorme gasto de energía no es muy sorprendente, porque calentar un edificio hecho completamente de vidrio es muy costoso y el rendimiento térmico del vidrio es muy bajo. Cada metro cuadrado de vidrio, incluso de triple acristalamiento, tiene una pérdida de calor diez veces mayor que la de una pared.
Las paredes de frutas
El diseño actual de los invernaderos es el opuesto de las tecnologías de la Edad Media que los precedieron. La gente ha buscado durante mucho tiempo cultivar hortalizas de clima cálido en otras partes del mundo (o extender la temporada de producción), pero no se utilizaba vidrio.
En 1561, el botánico suizo Conrad Gessner llevó a cabo un estudio que demostró los efectos de una simple pared calentada por el sol sobre la maduración de higos y grosellas negras; descubrió que los frutos maduran más rápido cuando la planta se planta cerca de la pared
Las observaciones de Gessner llevaron a la invención de “Muros de frutas” en el noroeste de Europa. La instalación de un muro con una fuerte masa térmica orientada al sur crea un microclima en su base gracias al cual podemos cultivar variedades de frutas mediterráneas en regiones de clima templado como el Norte de Francia, Inglaterra, Bélgica o nuevamente los Países Bajos.
La pared refleja la luz solar durante el día, lo que mejora las condiciones agroclimáticas de las que disfruta la planta. La pared también absorbe el calor del sol que luego se difunde lentamente durante la noche, evitando daños por heladas. Es por tanto un microclima que se mantiene día y noche gracias a esta técnica.
Los muros de fruta también protegen a los árboles de los vientos fríos del norte. A menudo se instalaban algunas baldosas o un dosel de madera para proteger los cultivos, plantados contra la pared, de la lluvia, el granizo y los excrementos de pájaros. A veces se colgaban alfombras con las que se cubrían los árboles cuando hacía mal tiempo para proporcionar protección adicional
Durante este verano hemos estado trabajando en la nueva página web, que os presentamos
Además de dar un tono más ligero y luminoso hemos querido, sobre todo, mejorar el buscador. Se acabó el tener que pasaros por los ojos todas las plantas para dar con la Verónica, allá en la V. Con esta nueva página váis a poder buscar la planta por el nombre, por el color de la flor, la época de floración, sombra o sol, etc
Ya sabéis que nuestra intención es divulgar las virtudes de las vivaces y gramíneas y la afición por cultivar la tierra y la mirada
La página pretende ser una herramienta para que podáis sentaros un rato a jugar a jardincitos, pensar vuestras composiciones, errar y valorar, para volver a empezar.
Os presentamos esta experiencia de jardinería participativa, social y sostenible que estamos trabajando en Iruña-Pamplona. Es un proyecto quenace de la necesidad de buscar estrategias para conseguir Km 0 para nuestras plantas ornamentales y que va cogiendo cuerpo conforme vamos pensando y haciendo con la vecindad los jardincitos
¿Qué buscamos con esta iniciativa? Intentamos ver las posibilidades trasformadoras de la jardinería en nuestros barrios y pueblos, buscamos un urbanismo para las personas en el que la naturaleza tenga más sitio. Básicamente buscamos mejorar la calidad de nuestros barrios, dar herramientas a la vecindad para soñar el pueblo, el barrio, la calle, con plantas y flores . Recuperar espacios públicos para el encuentro, descanso, ocio, contemplación, lectura, lactancia… queremosayudar a bajar la vida a la calle.
La idea es hacer jardines floridos, llenos de insectos, con tres criterios elementales: bajo consumo de agua y bajo mantenimiento; usando criterios ecológicos en su planteamiento, ejecución y posterior mantenimiento y con diversidad de plantas, de floraciones bellas y prolongadas que atraigan todo tipo de insectos polinizadores, pájaros, etc.
También hablamos de plantas, de su multiplicación y cultivo con criterios de sostenibilidad.
«La vida es nacimiento y muerte. Y todo lo que hacemos en una vida, sucede en un año en un jardín» – Piet Oudolf
Aveces se llega a donde se anhela sabiendo qué es lo que no se desea. Él sabía que no quería seguir el camino de sus padres, dueños de un bar-restaurante en una zona rural de Holanda. Largas jornadas de trabajo y sin tiempo que dedicar a la vida familiar. Fue allí donde aprendió a observar. Escenas de barra, escenas de bar. Se quedó hasta que cumplió los 25. Entonces se mudó con Anja, su compañera, a Hummelo, para iniciar una vida juntos. Él cambió de trabajo como los árboles de hojas. Primero en la industria pesquera, en una fábrica después. Más adelante llegarían otros empleos. Hasta que, una de esas veces en las que mudó de piel, recaló en un centro de jardinería. Y funcionó. Algo en él se despertó. Desde entonces, hablar de él es hablar de flores y plantas. De composiciones, de estaciones. De vida, de naturaleza. De belleza y colores. De jardines.
Él es Piet Oudolf (Haarlem, 1944), uno de los paisajistas más reconocidos del panorama internacional. Uno de los más buscados. Un genio en el sector.
En este vivero lo importante es que la planta esté sana y bien enraizada. La apariencia en el momento de la venta no nos preocupa. Es en vuestro jardín donde deben lucir.