
La idea es cultivar en tierra cuanta más planta podamos, evitando en lo posible los plásticos de las macetas, los sustratos a base de turba y los abonos de síntesis. El trabajar la tierra nos da ocasión de ver cómo se desarrollan las plantas, de disponer de la planta en el terreno, de ver el efecto de abonar con compost, estiércol y otros abonos orgánicos, de practicar con el calendario lunar, etc. De investigar y aprender a cultivar esta y la planta que vayamos incorporando
En estos últimos años hemos ido descubriendo plantas que nos permiten hoy disponer de una selección en cultivo cuyas características básicas son la rusticidad y la belleza.
Nosotros, desde el vivero, queremos ayudar a que se vean las bondades de estas plantas, tanto de las recién llegadas al mundo de la jardinería occidental, como de las que en Europa son habituales en los últimos 60 años. E incorporar algunas al estrecho mundo de la jardinería de nuestra TIERRA.
Entendemos que un vivero es un activo social en la comarca-comunidad donde se ubica, un lugar donde se multiplica planta de todo tipo y manera es un lugar donde se manejan unos conocimientos que deben de entenderse como básicos y necesarios para cualquier comunidad. Cada vez más, visto el grado de deshumanización con el que nos amenazan, volver a la naturaleza, a lo pequeño, a lo importante, a las flores es una necesidad, un rasgo de humanidad, un paso en la buena dirección
Estrechar relaciones con la comunidad educativa, colaborar en proyectos de huertas y jardines con escolares. Mostrarles el misterio de la germinación, de la vida
Incorporar a las personas mayores en estos quehaceres
Ensanchar los estrechos márgenes de conocimiento sobre jardines, huerta, y en general cultivo de plantas de nuestra comunidad