
El pasado otoño visitamos a unos amigos en Varsovia. Fue un estupendo viaje de cuatro días en el que estuve a punto de tener una metedura de pata de las que hacen época. A la hora de planificar el viaje, justo cuando nuestros amigos nos preguntaban qué nos apetecería conocer, me encontré en facebook con las fotos de un jardín que me resultó tan espectacular que a punto estuve de incluirlo en mi lista de los deseos. Se trataba del Arboretum Trojanow, situado en Opatówek, muy cerca de Kalisz, en la zona central de Polonia. Según Google Maps llegar hasta allí desde Varsovia es un trayecto de dos horas y media en coche. Con esa información, teniendo en cuenta que no disponíamos de mucho tiempo, que lo que nos apetecía era estar con nuestros amigos y que digamos que el resto del grupo no comparte una afición por los jardines que justifique cinco horas de coche con niños, fue fácil concluir que esta no era la ocasión. Gracias a dios me pudo la sensatez. A través de Marzena Bakowska, su propietaria, ahora he conocido que este jardín es privado y salvo en ocasiones muy contadas no está abierto al público. Sinceramente, si hubiésemos alquilado un coche y hubiese arrastrado a dos familias enteras a través de Polonia para ver un buen muro y una puerta cerrada, no creo que hubiese habido demasiada benevolencia hacia mi persona. Aunque tengo la firme convicción de que mi error hubiese sido comprensible. Toda la información que había encontrado estaba en Polaco, un idioma que parece igual de indescifrable para los latinos que para el traductor de Google. Pero sobre todo, ¿cómo va uno a imaginarse que semejante jardín sea un jardín privado? ¿cómo pensar que este jardín no deja de ser un hobby como lo es el mío? Veamos algunas cifras que sustentan lo que digo: el jardín tiene 17 años de antigüedad (lo que a mí me parece un suspiro vistos los resultados) y un tamaño de 8 hectáreas (lo que a mí me parece descomunal para un jardín privado). De acuerdo a su propietaria, el jardín cuenta con más de 3.000 variedades de vivaces, y más de 400 variedades de hierbas ornamentales. Solamente del género Miscanthus ya cuenta con cerca de 200 variedades. Y la colección de árboles y arbustos no hay más que mirar las fotografías publicadas en su web para ver que es de una enorme riqueza. Cuando las ves imaginas que un jardín así debe ser propiedad del estado o de alguna universidad. Ya no hay lores ingleses que se dediquen a la jardinería. La gente con nombre y apellidos no se dedica hoy en día a hacer un jardín de 8 hectáreas. O sí, y si no ahí está Marzena Bakowska, una abogada de profesión y jardinera de corazón para demostrarlo.
A veces tengo la sensación de que los diseñadores de jardines tienen dificultades para entrelazar en sus trabajos toda la riqueza vegetal que tienen a su alcance. Durante mucho tiempo pareció que los árboles y los arbustos tenían la exclusividad en los jardines. Y si se permitía la entrada de alguna herbácea esta sería sin duda una anual o césped. Movimientos como el Arts and Crafts y su arriate herbáceo en Inglaterra, y más recientemente la Nueva Ola de Perennes impulsada desde Holanda y Alemania han potenciado el uso de vivaces y gramíneas. Y cuando parecía que árboles, arbustos, vivaces, hierbas y anuales se disponían a convivir en los jardines, tengo el temor de que se estén invirtiendo las tornas y nos estemos olvidando de árboles y arbustos en los jardines de estilo naturalista. En ocasiones siento que el movimiento naturalista sólo estuviese interesado en la evocación de un tipo particular de ecosistema: la pradera o el prado. Hay diseñadores de jardines que demuestran que otras evocaciones son posibles con la combinación de árboles y arbustos junto a vivaces y hierbas, y el Arboretum Trojanow es muestra de ello. Precisamente lo que más me gusta de este jardín es la forma en que árboles, arbustos, vivaces y hierbas se combinan con gran elegancia. La integración entre hierbas y coníferas me resulta especialmente evocadora y es uno de mis puntos de referencia para la futura evolución de mi jardín. El estilo final del arboretum, creo que es de gran naturalismo sin llegar a emplear las herramientas de combinación y entremezclado de especies que promueven los movimientos modernos. En Trojanow se emplean grandes bloques alargados de una única especie de gramínea. Estas enormes extensiones de un un único tipo de hierba potencian las cualidades estructurales y de textura de cada especie, en un estilo que me recuerda a los jardines de James van Sweden y Wolfgang Oehme. Pero aquí el contraste en las yuxtaposiciones de los bloques de especies diferentes y los puntos de foco y contraste aportados por árboles y arbustos, especialmente los esbeltos abetos sobresaliendo sobre un mar de hierba, generan un jardín de enorme personalidad.
Arboretum Trojanow es un jardín con mucha suerte. Como todo gran jardín tiene la suerte de tener un gran jardinero, alguien que en un momento de su vida decidió dedicar una parte importante de su tiempo, su conocimiento y su pasión, de su vida en definitiva, a moldear y embellecer un pedazo de terreno. Pero en este caso, este jardín tiene además la suerte de haber sido retratado recientemente por dos de las más inspiradoras fotógrafas que conozco. Yo he elegido la obra de Magda Wasiczek (a la que agradezco enormemente su amabilidad por permitirme emplear sus fantásticas fotos en este blog) pero en la web también se pueden encontrar estupendas fotografías de Joahna Stoga y de la propia Marzena Bakowska. Yo me he atrevido a pedirle a Madga emplear sus fotografías porque tengo la convicción de que todos los que nos lanzamos a la creación de un jardín en mayor o menor medida lo hacemos persiguiendo el logro de un ideal estético, de refugio o de naturaleza, nuestra subconsciente idea de paraíso. Yo no sé definir cuál es mi idea de jardín soñado, pero creo que las fotos de Magda son capaces de agitar el rinconcito en el que esta idea se esconde.
Fuente:
http://debibliotecaycampo.blogspot.com.es/
(After the photos you can see the english version, although I’m afraid it’s still a version